TEORÍA PSICOSEXUAL

Sigmun Freud creía que las personas crecen con impulsos biológicos que deben redirigirse para poder vivir en sociedad. Propuso que las personas estaban formadas por tres partes hipotéticas: el ello, el yo y el supeyó.

• El ello: considerado como el principio del placer, es el impulso que se utiliza para satisfacer las necesidades y deseos de manera inmediata,  los recién nacidos están gobernados por él.
• El yo: Considerado como el principio de la realidad, representa la razón y se desarrolla durante el primer año de vida. Tiene como objetivo encontrar medios realistas de gratificar al ello que sean aceptables para el superyó, el yo es un mediador entre los impulsos del ello y  las demandas del superyó.
• El superyó: Se desarrolla alrededor de los cinco o seis años y abarca la conciencia e incorpora en el sistema de valores lo que la sociedad acepta y lo que reprueba, esta instancia es muy exigente ya que si no se satisfacen sus normas el niño se siente culpable y ansioso.

Freud propuso que la personalidad se forma a partir de conflictos infantiles inconscientes entre los impulsos innatos del ello y las necesidades de la vida diaria. Estos conflictos ocurren en una secuencia invariable de cinco etapas de maduración del desarrollo psicosexual en las cuales el placer sensorial pasa de una zona del cuerpo a otra (en cada etapa cambia la forma de gratificación  o frustración)

El termino psicosexual proviene de la idea de que la libido, que es, en esencia, energía sexual, se centra en diferentes regiones corporales conforme se manifiesta el desarrollo psicológico, las cuales son tres áreas a la que Freud llamo zonas erógenas (boca, ano y genitales), pues considera que tienen una gran capacidad de respuesta ante la estimulación placentera. Los individuos  derivan el placer de esa zona en forma predominante y buscan los objetos y actividades relevantes, al mismo tiempo pueden surgir conflictos. Si a los niños se les complace demasiado o se les priva de manera exagerada en cualquier etapa, entonces no pueden resolver conflictos, en consecuencia se retarda su desarrollo y su libido queda fijo en esta etapa.

 

La fijación se refiere a dejar una parte de la libido invertida de modo permanente en cierto nivel de desarrollo, y cuando esta se presenta, la conducta posterior se caracteriza por formas para obtener satisfacción o reducir la tensión o por otros rasgos o características de la etapa donde se manifestó la fijación.

Cuando hay una cantidad de frustración o de indulgencia fuera de lo común pueden observarse fijaciones bastantes sustanciales y la personalidad puede estar dominada por patrones anteriores. Desde el punto de vista de Freud los niños pasan por etapas psicosexuales, las cuales son:

        1)Oral (nacimiento a 12-18 meses): la principal fuente de placer del bebé son las actividades centradas en la boca (succionar y comer). Los bebés cuyas necesidades no quedaron satisfechas, al crecer se muerden las uñas, fuman o tienen una personalidad hipercrítica. 

      2)Anal (12-18 meses a tres años): El niño obtiene gratificación sensorial del acto de retener y descargar las heces. La zona de gratificación es la región anal y el control de esfínteres es una actividad importante. Si el niño tiene un control de sfinteres demasiado riguroso podría fijarse en esta etapa llegando a convertirse en una persona obsesivamente limpia,  apegándose con  rigidez a calendarios y rutinas o sería un provocador desaseado.

     3)Fálica (tres a seis años): El niño se apega al padre del otro sexo  (sintiendo impulsos agresivos contra el progenitor del sexo contrario,  al que consideran un rival; a estos fenómenos Freud los llamó complejo de Edipo y Electra), y luego se identifica con el progenitor del mismo sexo. Surge el superyó y la zona de gratificación pasa a ser la zona genital.

     4)Latencia (seis años a pubertad): Es el periodo de relativa calma emocional, intelectual y de exploración social. Redirigen sus energías sexuales a otros proyectos como la escuela, las relaciones,pasatiempos,etc.

     5)Genital (pubertad a adultez): Retorno de los impulsos sexuales de la etapa fálica, los cuales Freud definía como relaciones heterosexuales con personas fuera de la familia de origen.